Respirar de manera consciente es una forma simple pero profunda de reconectarte contigo mismo. No se trata solo de inhalar y exhalar, sino de darte permiso de estar presente. Cuando haces una pausa, tu sistema nervioso se calma, tus pensamientos se aclaran y recuperas perspectiva. Es un acto de autocuidado que todos merecemos, sin importar lo ocupada que esté la vida.
Este mes, te invito a hacer de la salud mental una prioridad diaria. Practica la empatía contigo mismo, busca momentos de silencio y date tiempo para respirar. En cada pausa hay una oportunidad de sanar, de soltar lo que pesa y de reencontrarte con tu bienestar.